En
este artículo voy a tirar más por mi vertiente filosófica y social,
haciendo
un análisis puro de mi idea de justicia y
como a través del miedo hacen que se
distorsione
esa idea (es una parte de un proyecto mayor que estoy escribiendo sobre el
contrato social).
Este artículo lo escribo después de una
discusión sobre
La
poligamia ya que se me echó todo el mundo encima por decir que debería
ser
legal en cualquier parte del mundo. No me entendáis mal, yo no defendía
la
poligamia
como concepto y lo dejo aquí bien claro, igual que lo hice en el
debate,
mi moral no es partidaria de ese tipo de prácticas, pero mi afirmación
iba
en un sentido puramente legislativo. En mi argumentación a favor, que
ahora les
expongo aquí también es la siguiente. Pese a que la mayoría de
nosotros lo
veamos algo poco ético o que no compartimos, porque eso suele
llevar a una
denigración de la mujer (yo defendí la legalidad tanto para que un
hombre
pudiera casarse con varias mujeres como la inversa. Pero tengo claro
que la
mayoría de casos se darían del lado del hombre ya que es lo que dicen
algunas
religiones) pero pese a ese argumento claro y valido que la mayoría
en este
país hemos aprendido por la moral que nos ha sido dada, yo
argumento que el
problema que se plantea con el hecho de no tener una
legislación para ese tipo
de situaciones, es que casos prácticos de hombres
que tengan dos mujeres,
existen también en este país y el hecho de que no
sean un matrimonio, no
cambia el trato que reciben esas mujeres, lo único que
cambia es la capacidad
de derechos que esa mujer podría reclamar si le
pasara algo a ese hombre o si
decide divorciarse. Ante esta argumentación
que todos los interlocutores
aceptaron como válida, recibí tres argumentos en
contra. El primero es al que
menos importancia le doy, porque simplemente
intentó argumentar que si lo
aceptaba, era porque son los hombres los que se
casan con dos mujeres, esta
argumentación carece de razón cuando yo
defendía que fuera indiferente el sexo
de quien tuviera distint@s conyugues y
cuando doy mi argumento, a quien más se podría ayudar, es a las mujeres
que
están en esa situación que ahora la ley no les protege. El segundo
argumento
que recibí contrario fue el de una interlocutora separada que me
argumento que
si en la actualidad hay gente que ya pone diferentes trabas
para dar el
divorcio, si pudiera casarse con otra
persona sin divorciarse, no se
divorciaría. Y el tercer argumento, se refirió
estrictamente a una situación
moral, argumento que le parece tan mal la
situación que viven las mujeres que
sufren en ese tipo de matrimonios, que opina
que un estado no puede
legalizar ese tipo de actuaciones.
Llegado
a este punto, es cuando yo reflexiono, ¿Qué tiene que ser la justicia?
Llamarme
pragmático o simplista, pero la justicia tiene que ser JUSTA. Y algo
justo no
se puede evaluar mediante la moral, porque la moral es algo liquido
en una
sociedad, la moral aparte de ser variable, es unipersonal, no existen
los
principios morales universales, ante cualquier principio, estoy seguro de
encontrar un ejemplo de alguien que no actuará en la medida esperada por la
mayoría. Entonces, de que se tiene que encargar la justicia, para ser justa?.
La justicia tiene que encargarse en primer lugar de ser clara, (no voy a entrar
aún en el debate político de qué tipo de sistema tiene que haber). Pero sea
cual sea, tienen que estar marcadas de forma muy clara las reglas de juego.
Lo
segundo que tiene que cumplir, es la uniformidad, la justicia sea cual sea,
ha
de ser igual para todos. El tercer punto seria la protección de los derechos
pactados por la sociedad y el cuarto y más complicado pero a mí modo de ver,
también muy importante, la justicia tiene que ser un sujeto vivo, la sociedad
es
muy variable y aquello valido hoy, no lo será en unos años, como ha
demostrado la historia.
Una
vez expuesto esto y volviendo a la discusión anterior, me apena pensar
que
estén tan inculcados ideas que a mí me
aterran. La primera es que el
moralismo nos impida avanzar o nos impida
proteger a gente de esta
sociedad, otro ejemplo de esto, es como algunos se
creen con el poder moral
de decirle a una mujer que está obligada a tener un
hijo por quedarse
embarazada. La otra idea que me aterra, es que nos han
enseñado a tragar
con la idea que si pedimos algo, siempre va a haber una
contraprestación,
claro que la argumentación de que no se quisiera dar el
divorcio, tiene una
base solida, pero lo que hay que pedir, es que eso no pueda
evitarnos
progresar. Si un avance nos hace que salga otro problema en el que se
incumple con el contrato social, atacar el nuevo problema.
Espero
sus comentarios para tener una visión más global de la gente sobre
este tema.
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