Madre Naturaleza

Era una vez, un niño que vivía en un árbol. El árbol era robusto, y de 

gran "riqueza",(Contaba con muchos anillos) el niño. Estaba en el árbol 

desde muy pequeño. Y creció alimentandose de sus frutos. Y bebiendo 

el agua de un riachuelo que había cerca suyo. No muy alejado de este 

árbol, había un pueblo. Sus ciudadanos mayoritariamente vivían de la 

agricultura y la ramaderia . En el pueblo, había la leyenda, sobre el 

árbol en el cual vivía el chiquillo. Se decía de el que estaba poseído, y 

Por ello, al niño se le negaba que fuera a la escuela. Y se recomendaba 

a los demás niños que no se juntaran con el.

La lluvia no llegaba. Y los ciudadanos del pueblo,se impacientaban por 

el miedo a perder las cosechas, y haber perdido el año. Y miraban con 

asombro como el árbol seguía dando frutos. Todo el pueblo estaba en 

una época oscura, y el miedo a ese árbol cada vez era mayor. Tras una 

reunión en la plaza central. Los ciudadanos decidieron ir a quemar el 

árbol,y matar a ese niño. Era el sacrificio que los dioses necesitaban 

para que la lluvia volviera. Se dirigieron hacia el árbol con hoz y 

antorcha en mano, y cantando canciones.

 Llegaron al árbol. Y se encontraron al niño tumbado a sus pies , 

comiendo. El niño, no pudo casi ni gesticular palabra cuando vio llegar 

aquella multitud enfurecida. -que quereis? (Dijo con voz temblorosa)

Queremos conseguir que llueva, así que has de morir. Y este árbol debe 

ser destruido. -el niño rompió a llorar. Que había echo el? No entendía 

nada. Abrazo el árbol entre lagrimas, y pronuncio unas palabras. 

-matarme a mi, pero no le hagáis nada a el árbol. Os lo ruego (nadie le 


escuchaba. Se acercaban con la mas firme intención de acabar con 

ambos. De repente, un sonido intenso dejo a todos paralizados.

El árbol empezó a brillar, y a soltar ondas que aniquilaban a cada uno 

de los que allí se hallaban. Cabezas destruidas, corazones latiendo 

fuera de sus cuerpos, cuerpos desmenbrados, gritos vacíos. Mujeres, 

niños y hombres, todos estaban muertos. Todo era sangre. Todo aquel 

dolor. Regaba el bello bosque.

 Instantes mas tarde, la lluvia hizo acto de presencia. Una lluvia intensa, 

que limpio todo aquello.

Ahora el niño sigue viviendo con su árbol. Y recoge a gente que pasa por 

el bosque, ofreciendoles viviendas y tierras que cultivar. El pueblo ahora 

esta en calma. Y nadie osa a hablar de aquel suceso.